lunes, 26 de enero de 2009

Psiuicida / Historia de un mago

Desaparezco sombrios colores de la cabeza, mi finalidad, damas y caballeros, es mover mandibulas, transfigurarlas en felicidad. Soy un hechicero esquivo, suelo presentarme a los inicios del espectaculo aquel en que los petalos se vuelven ocre finalizando su aspiración de llegar al cielo. Temporadas, las hay. La magia no es gratis amigos, menos mis funciones.

Engendro sociedades, si el truco lo amerita, puedo ilusionar a cualquier humano, desear hacer el amor con sus obras, iniciar sus vidas. Aprecian que los convierta en conejos. Yo soy inmortal, paradojico, pierdo mis batallas para lograr mis ideales. Es aqui mi ilusión.

Hay quienes me amparan, y darian otros, su vida por masacrar la mia, terceros simplemente me prohiben. Los que me conmiseran suelen tener correctas vidas incorrectas, individualistas grupales. Los que me prohiben solo incrementan mi ego, mientras que, quienes me asesinan son mis más leales espectadores.

Tengo aprendices, aunque son vistos como unos juglares, son avanzados. Semidioses algunos, otros solo astros. Desde poetas hasta cientificos.

Estoy siendo buscado, el más, quizás. He desaparecido para quienes no creyeron en mi función, a quienes prefirieron la verdad sobre la mentira. Me entristece verlos tristes por su adicción a la vida, su negación es mi autoestima. Nadie me llama egolatra, ni egocentrico, eso habla bien de mi (Y mal de ti)

Mi rapsodia, fascina a la muerte, con vida no saldrás de este truco, pero disfrutarás el proceso y quienes me entristecen, tendrán en sus bocas la sonrisa prometida, y si eres un buen homicida, un buen espectador, quedarás inmortal y con aplausos para la eternidad, porque llevarás parte de la función a un público no tan espectacular.

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